miércoles, 24 de diciembre de 2008

La Navidad para muchas personas

Llegó Diciembre con su alegría y algarabía, antes de comenzar el mes muchas personas se alistaron y se prepararon para la llegada del 24; qué las luces, qué el árbol, qué el pesebre, y por supuesto la comida y los regalos. La fecha esperada llega acompañada de una novena que cada año se hace más corta, las invitaciones a familiares y amigos, el reencuentro, la alegría de pasarla en familia, el disfrutar de los placeres de la vida, de las carreras por los centros comerciales en busca de los regalos que se olvidaron comprar, de la natilla, de los buñuelos y del pavo o el pernil de cerdo.

No hay ninguna duda, la Navidad es especial, pero al mismo tiempo efímera y contradictoria, y a veces se puede tornar cruel, pues mientras muchas personas disfrutan en la comodidad de sus casas, o en la de sus familiares o amigos, hay muchas para las que esta fecha es símbolo de tristeza, amargura y sobre todo de dolor.

Cuántas no son las familias que en esta fecha se encontrarán solas en sus casas, o en la calle, con el estómago vacío, con lágrimas en sus ojos o con moretones en sus caras, o peor aún esperando que sus seres queridos privados de la libertad y que se encuentran en algún lugar de la selva en condiciones infrahumanas regresen pronto a casa. En otras familias la pérdida de un ser querido víctima de esta injusta guerra que vive el país.

La falta de dinero es común en estas fechas, el desempleo abruma a muchos hogares, la mendicidad, la pobreza impiden a toda costa que en estas fiestas todo sea paz y alegría, como nos lo quieren vender los publicistas, no, en esta fecha en muchas casas la tristeza abruma, la soledad es una fiel acompañante y el dolor embarga a millones de colombianos. En muchos hogares cuando el reloj avisa que son las doce, no pasa nada, todo es igual que los otros días, no hay una comida especial, no hay regalos, no hay personas alrededor, no hay nada.

Mientras en la televisión se muestran personas sonriendo, felices de la vida, con un gran pavo relleno en sus mesas adornadas por un gran mantel, una botella de vino, muchos regalos debajo del árbol, familiares sonriendo y abrazados, en muchos “hogares” se presentan situaciones muy diferentes: padres borrachos que llegan más allá de la media noche con el único objetivo de plantarle un golpe a lo que se le atraviese por el frente, personas en la calle aguantando frío y hambre, con muchos hijos que les reclaman un regalo, o al menos un poco de comida.

Otras cientos de personas estarán en algún lugar de la extensa selva colombiana privados de su libertad. Algunos ya llevan casi 10 años secuestrados soportando tratos inhumanos y con la esperanza que nunca se pierde como única compañera. En otro lado sus familias, ricas-pobres, eso no importa, sufriendo, sin saber nada de sus hijos, hermanos, primos, padres, madres, abuelos. Con la zozobra de recibir la noticia de su libertad, una llamada que han esperado por mucho tiempo.

En estas fechas también toca referirse a aquellas familias que perdieron todo su dinero en las pirámides o aquellas que perdieron sus empleos por consecuencia directa de la crisis económica que sufre todo el mundo. En está Navidad el villancico "Mamá dónde están los juguetes, mamá el niño no me quiere..." es ahora más que una canción es un himno en un país donde la pobreza y miseria llega casi al 50% de la población y sigue en aumento pese a que lo que diga el gobierno y en donde los niños son los más desprotegidos.

Es por esto que instó a la población colombiana que sí puede disfrutar de estas fiestas a que se acuerden de que hay miles que en esa noche estarán aguantando frío y hambre en algún lugar de esta jungla de cemento y tengan en cuenta que la Navidad es más que dar y recibir regalos, tomar alcohol y comer lo que más se pueda. No, es una época de reflexión para que abran sus corazones y sus mentes y ayuden al desprotegido y brindarle su ayuda al hambriento y sediento.

"Dile feliz navidad a los niños que mueren de hambre" 

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La entrevista a David Murcia: dos caras de la moneda

La entrevista realizada al polémico David Murcia Guzmán realizada por los periodistas Juan Diego Alvira y Harold Abueta  se convirtió un verdadero golpe de opinión, al igual que fue un derechazo al hígado a los otros canales privados y una lección de periodismo. El presidente (o ex presidente, como se le quiera llamar) de DMG el cual se había convertido en un chivo expiatorio sobre todo lo malo que sucedía en el país -que el invierno, que los falsos positivos, que la guerra, que el narcotráfico- en todo estaba el pobre David Murcia involucrado, al igual que su relación con los más peligrosos narcotraficantes, miembros de grupos alzados en armas y hasta el mismo Satanás. 

Muchas veces juzgado pero nunca escuchado la entrevista realizada desde la cárcel La Picota, Murcía habló sobre su supuesta relación con paramilitares y narcotraficantes, al igual que los contactos que tuvo con personal de la Casa de Nariño como el jefe de prensa César Mauricio Velásquez y los hijos del presidente Avaro Uribe y disipó la duda que todo el mundo tenía sobre dónde está todo el dinero. 

Antes de comenzar la presentación de la entrevista, Juan Diego Alvira aclaró que Murcia Guzmán se moviliza en carro blindado incluso dentro de la cárcel La Picota por las múltiples amenazas de muerte que tiene y afirmó que el reo se siente muy arrepentido por algunos de sus actos pero que está confiado en su inocencia de los cargos de estafa y lavado de dinero y asegura que muy pronto estará fuera de la cárcel para volver a tomar las riendas de DMG.  

Murcía aseguró que el hecho de involucrarlo con grupos paramilitares y narcotraficantes como Juan Carlos Abadía 'Chupeta' solo busca "generar polémica, desprestigiarme como empresario" y agregó  "no tengo vínculos con narcotraficantes y gente al margen de la ley". También respondió que no tuvo ningún nexo comercial con Tomás y Jerónimo Uribe, los hijos del presidente de la República. 

Como hechos para resaltar de la entrevista vale señalar que en varias ocasiones busco la forma de comunicarse con el presidente Alvaro Uribe, casi siempre a través de César Mauricio Velásquez. En una dura respuesta Murcía admitió que prefiere la pena de muerte  o estar en la cárcel hasta 100 años pues "hay gente que ha matado tantas personas y no le han hecho la persecución que me han hecho a mí". A la pregunta sobre dónde está el dinero, Murcía afirmó que está invertido en las oficinas y en los bienes que a él se le incautaron. El general  

Algo que llamó la atención de los dos periodistas fue la respuesta de Murcia sobre el tema los carros y bienes que se le incautaron en Colombia y Panamá,  contestó que el “dinero a mi no me mueve mucho, ese tema de los tales lujos los hice por necesidad, los carros no eran míos ni el apartamento", sino que todo fue una forma de llegar a los inversores extranjeros y nacionales, basándose en teorías de mercadeo. 

Sobre su abogado Abelardo de la Espriella reconoció que  termino su contrato con DMG por problemas personales y por algunas amenazas que recibió pero no por las razones que han dicho los medios de comunicación. En un momento de la entrevista Murcia se molestó por las reiteradas preguntas sobre su relación con paramilitares y narcotraficantes y advirtió casi parándose de la silla “si quieren hacer amarillismo, mejor me voy". En el momento de su captura Murcía aseguró que DMG estaba avaluada en 24 billones de pesos, pero que en estos momentos hay más de 300 mil personas que invirtieron todo su dinero y hoy no tienen un peso pues la compañía está parada y afirmó que en está trabajando desde la cárcel para que la gente no siga siendo afectada.

De lo único que se arrepiente es de haber insultado al presidente Alvaro Uribe diciéndole  que era un mal papá, pero de los casos que se le imputan reconoció que es inocente y que todo es una persecución pues él es de una “familia humilde (y en un) país de monopolios, solo pueden salir en grandes negocios las familias reconocidas". En el único momento que Murcía cambió su discurso y su tono de voz se entrecortó fue cuando se le preguntó sobre la situación de su mamá y de su esposa que se encuentran prófugas de la justicia al lo cual respondió que no sabe nada de ellas, y le hizo llamado al presidente para que deje la persecución  y dice que él es el único culpable, "me parece injusto que vinculen a mi familia en este caso".

En la conclusión de la entrevista habló sobre la huelga de hambre que va a realizar en los próximos días como rechazo a la forma en que fue capturado y tratado por el gobierno, al mismo tiempo le hizo un nuevo llamado al primer mandatario para realizar una especie de consejo comunal en el que también estén presentes las personas asociadas con la empresa. Por último aseguró que la relación de altos mandos del gobierno, el ejército y demás instancias del poder y con una contundente frase afirmó que "a su debido tiempo se va a saber".  

La otra entrevista

Fiel a su estilo amarillista y atrabiliario la periodista Claudia Gurisatti también entrevisto a David Murcia Guzmán para el programa La Noche de RCN Televisión, pero muy diferente a las preguntas de Alvira y Abueta, el cuestionario de la reconocida comunicadora se dividió en dos partes: las preguntas de la primera parte fueron siempre buscando la opinión del cerebro de DMG sobre el presidente Alvaro Uribe: si estaba de acuerdo con la reelección, si voto por él en las elecciones de 2002 y 2006, si todavía era uribista, si lo admiraba. La segunda parte, sobre la forma en cómo creo la cuestionada empresa y cómo llegó a recolectar tanto dinero en tan poco tiempo. Es en este punto es que vale la pena analizar las preguntas de Gurisatti.

La principal crítica hacia está entrevista se debe al hecho de las múltiples interrupciones de la periodista en las largas pero necesarias respuestas de Murcía Guzmán sobre la manera en que había creado la empresa y cómo en tan poco tiempo había ganado tanto dinero. Pero cuando el cerebro de DMG respondía con todos los detalles necesarios Gurisatti lo interrumpía para realizarle contrapreguntas que no venían al caso o que fácilmente se podían dejar para después.

Murcía en varias oportunidades presentó cierto malestar por las fuertes preguntas que le hacía la periodista y también se mostró incomodo por las reiteradas acusaciones de narcotraficante, lavador de dinero y delincuente. A David Murcía se le hicieron preguntas como ¿Usted le puede jurar al país que usted no es un delincuente como un lavador de dinero?, ¿a usted el General Naranjo lo llamó el peor delincuente que el haya conocido, está de acuerdo con esta declaración?, ¿no se siente mal haber engañado a tantas personas?, ¿sus familiares (mamá y esposa) están vivos? Esta clase de cuestionamientos afectan totalmente al entrevistado y lo pueden hacer tomar diferentes posiciones y hasta decidir no participar más de la entrevista, un riesgo que no se podía correr.   

¿Por qué era tan importante dejar hablar a David Murcia Guzmán? Por dos razones principales, la primera es que era menester para la opinión pública e incluso para el gobierno saber de manera detallada la forma en que montó DMG, cómo se expandió por todo el país y la forma en que llegó a asociarse con gente de estrato 1 hasta estrato 6. Todo esto debería anotarse con muchísima atención para utilizarse en el proceso que se le levantó, pues en este sentido había muchas dudas. La segunda es que la historia de Murcia ha sido muchas veces descontextualizada por los mismos medios de comunicación y algunos miembros del gobierno – que a veces resultan ser los mismos – por lo que era más que necesario conocer la historia de primera mano y dicha por su protagonista.    

sábado, 13 de diciembre de 2008

No se puede vivir de glorias pasadas (Opinión)

El equipo más veces campeón del rentado, en donde jugaron Adolfo Pedernera, Ernesto Rossi, Alfredo Di Steffano, entre otros muchísimos otros jugadores, el mismo equipo que le ganó al poderoso Real Madrid en sus bodas de plata en 1952 y que en cinco partidos frente a los merengues nunca perdió y el cual prepondera ser el equipo más laureado con 13 estrellas y dos copas Colombia nuevamente tendrá que ver otra vez la final del fútbol colombiano por televisión.

Pese a contratar un técnico ganador como el colombo-argentino Oscar Héctor Quintabani y jugadores de gran recorrido internacional como Iván Hurtado, Milton Rodríguez, Oscar Córdoba y Luis Tejada y reforzar la nómina con los nacionales Mauricio Casierra, Javier Araujo, José Mera y 'Café' Mendoza el equipo nunca mostró un buen rendimiento: ganaba con lo justo, empataba y perdía con los coleros.

Millonarios comenzó mu bien, con seis victorias en línea y Milton Rodríguez anotando 8 goles consecutivos en siete partidos, pero el equipo empezó a desfallecer con el transcurso de los partidos, empezó a revelar graves falencias en su defensa y desorden en el medio campo.

En los tres enfrentamientos seguidos contra Santa Fe, América y Nacional lo que muchos periodistas y analistas deportivos habían predicho se materializó: de seis puntos sólo consiguieron uno. Desde ahí empezaron los rumores de problemas dentro del equipo entre jugadores y cuerpo técnico, lo que afectó el equipo el resto de la temporada.

Después de esos partidos el equipo que pese a todo estaba dentro de los primeros lugares de la tabla de clasificación empezó a caer hasta ubicarse en la séptima casilla. En la última fecha el equipo necesitaba ganar contra Envigado por más de tres goles y si este resultado no se daba se veía obligado esperar otros resultados que al final no se dieron y puesto que el partido contra los naranjas terminó 2-1 por lo que Millonarios quedó eliminado de los octogonales por tercera vez consecutiva.

Dada esta situación vale la pena decir que desde que se implementaron los torneos cortos en el fútbol colombiano hace aproximadamente 10 años, Millonarios no ha disputado ninguna final y sólo estubo cerca de hacerlo en dos ocasiones, pero como dicen las abuelas "el casi no vale" y en el fútbol esta frase tiene más veracidad.

Además de los 20 años sin ganar el campeonato colombiano, el club todavía sigue sumergido en la Ley 550 (de quiebras) que pese a lo dicho por el presidente de la institución Juan Carlos López, no se ha podido superar y mientras estos resultados nefastos de su dirección sigan así nunca se va a poder ganar algo importante.

Millonarios es un equipo que gasta cientos de millones al año en compra y adquisición de jugadores y técnicos, al igual que en liquidaciones de los mismos que salen de la institución por bajo rendimiento y malos resultados. Además de esto no cuentan con divisiones menores rentables de las cuales puedan salir jugadores para reforzar el equipo a un precio más bajo.

Los últimos 'grandes' juveniles que salieron de la cantera fueron Andrés Chitiva y Hans Schomberger. Desde entonces, a finales de la década anterios, han salido varios 'prospectos' que se han quedado sólo en eso como Carlos Acevedo, Julián Martínez Alex Díaz, Andrés Salinas, Luis Eduardo Baquero, Tommy Tobar, Avimiled Rivas, entre muchos otros.

Por su parte, la lista de extranjeros que fracasaron en Millonarios en los últimos ocho años es larga, entre ellos se encuentran los argentinos Gaston Sangoy, Marcelo Tejera, Rodrigo Astudillo, Martín Perezlindo, Diego Cochas, Fernando Fedeuille, Facundo Imboden; el paraguayo Carlos Villagra, entre muchísimos otros.

Hace mucho que Millonarios no participa en un torneo internacional de importancia como una Copa Libertadores. Los dos únicos que valen la pena resaltar es el triunfo en la Copa Merconorte en el 2001, y su participación en la Copa Sudamericana en el 2007 fue un aliciente para los hinchas y para la historia de la institución y parecía ser un luz a tantos fracasos. Millonarios hizo una excelente presentación llegando a la semifinal, la cual perdió contra América de México en dos vibrantes partidos.

Pero ya son muchos los años sin triunfos importantes, la afición ha soportado innumerables fracasos, al igual que mentiras de sus directivos y ha visto desfilar un sin fin de jugadores que sólo cobran y cobran pero no sudan la camiseta y que no tiene amor alguno por el equipo.

El semestre pasado más de un hincha del equipo azul se puso nervioso al ver a América de Cali en la final del fútbol colombiano amenanzado con empatarlo en el número de estrellas. Al final el equipo caleño perdió en ronda de penalties contra Boyacá Fútbol Club. Seis meses después América está nuevamente en la final del fútbol colombiano, con un equipo joven que pese a las dificultades económicas tienen sed de triunfo sin importar que en muchas ocasiones se demoren en pagarles sus sueldos. Está mentalidad de poner primero al equipo y luego la parte económica se ve claramente reflejada en su forma de juego: corren, luchan cada balón y siempre quieren ganar.

Muy diferente a lo que pasa en el equipo albiazul donde hay jugadores que ganan 60 millones de pesos al mes, pero que curiosa e irónicamente son los que forman sindicatos, los llamados saca técnicos, los que le piden a los directivos premios por ganar un partido o clasificar a la siguiente ronda de un torneo como si eso no fuera obligación de ellos.

Por estas y muchas más razones que no puedo decir por falta de espacio es que Millonarios se merece la suerte que vive y por lo que tiene que haber un recambio en las directivas, que salgan algunos jugadores que indisponen a sus compañeros y primero que todo dejar de gastat cifras exorbitantes en la contratación de extranjeros que están muy viejos o que vienen de equipos de pésimo nivel o que en muchas ocasiones son suplentes en estos y este cambio se tiene que hacer ya.

lunes, 8 de diciembre de 2008

La resurrección de Andrés Caicedo

La publicación del libro del periodista y cineasta chileno Alberto Fuguet titulado Mi cuerpo es una celda, es una recolección de cartas ineditas, críticas de cine y guiones que fueron rechazados una y otra vez, además de datos curiosos sobre el escritor caleño Andrés Caicedo que le volvieron dar vida a un letrado y cinefilo que lleva más de 30 años muerto y el cual nunca, como tantos otros, nunca tuvo el reconocimiento que se mereció en vida.

"Me gusta que la gente piense que ya estoy acabado, para que reciban de tanto en tanto la sorpresita", escribió Andrés Caicedo quien el 4 de marzo de 1977, a los 25 años murió sobre su máquina de escribir, luego de recetarse 60 seconales. Pero ahora, como en una cinta clase B, nos da la sorpresita de volver.

Según Fuguet, "Caicedo no escribió este libro tal como existe y acaso no lo concibió, al menos de una manera consciente, pero es su libro. No se sentó a escribir Mi cuerpo es una celda. Simplemente se sentó todos los días a escribir lo que fuera. Todo lo que está en el libro ha sido escrito por Caicedo. El material base fueron cartas, trozos de papel, diarios a medio terminar, libretas, cuadernos argollados, críticas de cine, artículos de prensa y 'escritos'".

A partir de este magma, Fuguet esculpi´un conmovedor testimonio en la personificación de Caicedo, que al tiempo nos muestra su vitalidad y pasión por la literatura y el cine, se desgarra y fisura irrmediablemente como existencia, en la soledad, en la incomprensión, en la urgencia de conectar con el mundo: pero en la coicidencia de su imposibilidad, Caicedi, al iguall que le pasaba con la salsa, quería pero no podía: "He soñado que muchas mujeres me asedían, que quieren bajarme los pantalones y yo nunca me dejo: aterrado ante la idea de que encuentre, allí donde esperan vigor, tiesura, un pedazo de músculo flácido porque se encuentra desencantado con el mundo, porque él mismo ya no quiere darse gusto de vida, sino que viene buscando la muerte".

El mérito de Fuguet radica no en la simple recopilación y armado de textos, sino en comprender y enfocar la sensibilidad de Caicedo para llevar las premisas (un chico, cinéfilo y suicida, de pelo largo, gafas onderas, tartamudo y fiestero) hasta el encueadre de un personaje profundo y empático que depierta en el lector la ansiedad de abrazarlo y, quizás, protegerlo en su caída, para contribuir a una salvación.

El periodista chileno muesta sus dotes y usa diversas tomas y planos para encontrar detalles y matices entrañables en Caicedo: lo leemos, por ejemplo, en poemas, ensayos, crónicas, críticas, contemplando su ciudad, su río, dialogando por carta muchas veces sobre la cultura pop o, simplemente, tirado durante una hora en el suelo de su habitación, en silencio y completa oscuridad. De lo anterio, puede deducirse que la estructura de Mi cuerpo es una celda es sólida y al mismo tiempo ágil, imaginativa y de lectura rápida.

Este libro es fruto de un encuentro epifánico de Fuguet con Caicedo en 2000, en Lima, Perú, pues en la hoy desaparecida librería La Casa Verde, mientras hacía hora, encontró su libro Ojo al cine: "Veo los datos del autor: 25 años, colombiano, y empiezo a hojear: James Dean, Roger Corman, Taxi Driver, películas de terror, cosas muy actuales, y digo: 'qué es esto, de dónde salió'.
"Compro el libro, me voy al aeropuerto, me subo al avión, son tres horas a Santiago, y aterrizo otra persona. Fascinado, me encuentro con el hermano que siempre anduve buscando, con el par, con el tipo que yo sentía que me hacía falta para haber sido menos atacado, alguien que me habría podido proteger, que me habría podido decir 'tú también puedes escribir de esto, no está mal escuchar música en inglés, no erers un traidor por escuchar a Radiohead o The Rolling Stones, en vez de escuchar rancheras: tú puedes ser chileno o peruano, ecuatoriano, colombiano o mexicano, ver películas extranjeras y, sin embargo, procesarlas localmente".

Fuguet afirma que "Caicedo es un escritor que puede viajar. Su lenguaje, sobre todo en sus textos de no ficción, no es tan díficil, raro o colombiano como la gente podría pensar, sino el de un autor contemporáneo, moderno y nuevo, que puede viajar también a otros idiomas. Para cualquier persona que la haya pasado mal, ya no digo alguien que se ha matado o está en ello, que haya dudado de la misma, que esté insegura o que sienta que algunos se han burlado de ella, es un autor impresionante porque escribe desde el corazón".

"En su momento, Andrés escribia como nadie en América Latina. Cuesta muchísimo entender que en una ciudad de provincia, de Colombia, en los mismos años de Cien años de soledad, había un tipo que sin internet, sin VHS, sin YouTube, parecía que estaba viviendo en Nueva York. Era un tipo con la información que yo. Aun hoy, conozco muy poca gente que la domina. Creo que hay muchas formas de entender a Andrés Caicedo, pero, entre otras facetas, es el gran cinéfilo lationamericano. Hay qente que va a cine para huir. Andrés iba a refugiarse. Se dio cuenta que afuera la vida no era tan buena y que había que ver cine. Él vio películas para salvarnos a nosotros. Porque, más que un crítico, quería que la gente fuera a ver las mismas cintas que él había visto. En ese sentido, era un psicópata, un cinépata. Él sentía que la gente debía ver sus películas y que, logrando eso, iba a salvar al mundo. A lo mejor se dio cuenta que, en el fondo, no iba a poder salvarse él, pero si la gente veía las películas que él veía, el mundo iba a ser mejor. Y yo creo que el mundo, efectivamente, es mejor por Andrés".

Seconal. Eso dicen los médicos que lo mató. Hablan de setenta pastillas. Cuentan que se las tomó de un sorbo, que cuando lo encontraron ya no había nada que hacer. Es 4 de marzo, el sol ha posado todos sus dedos sobre Cali y ese día los barbitúricos estallando al interior de su estómago estrecho tampoco son nada nuevo en aquella ciudad del suroccidente colombiano: antes ya había intentado suicidarse. Siempre hay un chico persistente. Dicen que lo hizo varías veces. Algunos dan cuenta de dos intentos, otros hasta seis. Pero el número no importa, esto no es un partido de fútbol. Esa mañana de 1977, el escritor colombiano Andrés Caicedo cumplió con su promesa: alguna vez dijo que vivir más de 25 años es una vergüenza.

Según un viejo aforismo, la muerte es uno de los reflejos más fieles de la vida. Dime cómo mueres y te diré quién eres, bromean con cierto sarcasmos en Colombia, ese país donde los sesenta suicidios por cada cien mil habitantes que ocurren cada tanto, la han convertido en la nación iberoamericana donde más gente se quita la vida. A veces tienen razón. El aforismo se cumple.

El muchachito flaco, tartamudo y de lentes ovalados que más tarde sería elevado a la categoría de prodigio literario, había terminado con su vida justo un día después de que fuera publicada su primera novela. ¡Qué viva la música! esa invitación a una fiesta sin sosiego narrada a través de su Mister Hyde, María del Carmen Huertas, era al fin un libro. Y al fin lo tenía en las manos. Y entonces se atragantó con Seconal, las mismas pastillas con las que se suicidaron Charles Boyer, Marilyn Monroe, Judy Garland y Alejandro Pizarnik. "Si dejas obra, muere tranquilo", pregonaba en vida.