viernes, 20 de febrero de 2009
La línea 1,2,3 no es un juego
sábado, 14 de febrero de 2009
En Colombia no debería sorprender el caso de Alfie Patten (Opinión)
Los embarazos en niñas menores de 14 años son clasificados por el distrito como abuso sexual, pues consideran que a esa edad no se cuenta con capacidad de decidir si quedar embarazada o no. Pero más allá de si se hace con consentimiento, el verdadero cuestionamiento en este caso recae sobre los programas y campañas que han iniciado para atacar este fenómeno.
La Secretaría de Salud y las Naciones Unidas lanzarán en los próximos días la campaña 'Mi primer amor es el amor propio', orientada a prevenir embarazos en adolescentes. Uno de los mayores problemas para castigar a los abusadores sexuales es la falta de pruebas. Según el Secretario de Salud, el 90 por ciento de los casos quedan impunes.
Primer bebé a los 13 años
Diana* supo que estaba embarazada apenas cumplió los 13 años. Su mamá, de 31, vivía con su segundo esposo, un vendedor ilegal de gasolina, en San José del Guaviare. "Pasaba la mayor parte del día sola porque los dos trabajaban", cuenta. Un día conoció a un joven de 17 años en la plaza. Fue su primer novio. "Cuando supe que estaba embarazada acudí a mi mamá, pero me echó de la casa. Mi novio tampoco respondió. Tuve que venirme a Bogotá a vivir donde una tía". Aunque Diana conocía el condón, nunca supo si su pareja lo usó. "Él me lo mostró antes, pero nunca supe si se lo puso", cuenta. Hoy, su hija tiene 17 días de nacida. (Relato tomado del diario El Tiempo)
lunes, 9 de febrero de 2009
Cosas para pensar en el día del periodista
El escritor y periodista polaco Ryszard Kapuscinski, escribió en su libro Los cínicos no sirven para este oficio que “para ejercer el periodismo primero hay que ser un buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento en parte de su destino”. El periodista debe tener infinidad de cualidades, debe ser gran observador, un buen escucha, un magnifico orador, pero principalmente debe ser una persona integra y con muchos valores. Esto último es lo más fundamental a la hora de ejercer el periodismo, una persona déspota, prepotente, orgullosa nunca va poder ser un buen periodista. Al mismo tiempo debe ser intrépido, arriesgado, sagaz, sutil, inteligente y sociable. Otro de los requisitos que debe tener un buen periodista es que tenga un gran conocimiento sobre todos los temas, debe ser un gran lector y un gran analista y debe tener la capacidad de explicarle a las personas con la mayor brevedad todo lo que acontece en el mundo. Para muchas personas el periodismo es una profesión peligrosa, para otras los periodistas son personas detestables que se lucran con el dolor humano, otros consideran la profesión como el cuarto poder que está a la servidumbre de los gobiernos de paso, pero existe una gran mayoría que ve al periodista con admiración, como un profesional que está al servicio de la sociedad y que denuncia casos de corrupción, de negligencia, pero al mismo tiempo también son los primeros emisores de noticias positivas y los llenan de ánimo a las personas. El periodista hoy y siempre ha tenido que enfrentar sus miedos, soportar insultos y abusos por parte de algunas instituciones y hasta enfrentarse a amenazas de muerte por la simple razón de cumplir bien su papel: informar a las personas -ya sea en un pueblo, en una ciudad o en un país- es por eso que muchas personas tienen razón al considerar al periodismo como una profesión peligrosa pero al mismo tiempo una profesión necesaria para darle sentido a sus vidas. Como en la película peruana Tinta Roja (2005), el estudiante de periodismo tiene que vérselascon la muerte, con escenas que la mayoría de personas mira por morbo y hasta con asco. Los sucesos que la mayoría de personas esperaría nunca presenciar como accidentes de autos, suicidios, homicidios, violaciones y demás tragedias que ocurren en el mundo a diario pero que la mayoría de medios rechaza por considerarlos "comunes", el periodista tiene que tratar con estos temas, investigarlos y hacer todo lo humanamente posible para llevárselos a las demás personas de una forma para que los emisores no sientan repulsión. Del mismo modo tiene que enfrentarse en muchas ocasiones con historias que le partirían el alma a cualquiera, y no es que el periodista sea una especie de superhombre que aguanta el dolor ni tampoco un ser miserable que se lucra con el dolor de las personas, es solamente un “profesional” que intenta lo más que puede transmitir esa información de la forma más correcta a sus lectores, radioescuchas o televidentes. Por lo que en muchas ocasiones se ve obligado a escribir o hablar lo que a las personas les guste oír, ver y leer. También el periodista se topa con temas de corrupción, negligencia, nexos de políticos con grupos armados -tema tan común desde hace mucho en Colombia- por lo que debe hacer una investigación profunda y minuciosa; es ahí donde se empiezan a presentar los primeros problemas, las personas afectadas intentarán por todos los medios sobornar, chantajear y si esto no funciona empiezan las amenazas y las represalias. Son muchos los casos sobre intimidaciones a periodistas por parte de gobiernos, multinacionales y personas muy influyentes que por ocultad la verdad mandan a silenciar a los comunicadores. El caso más claro fue el asesinato del director del Espectador, Guillermo Cano en 1986 por parte del cartel de Medellín por denuncias del periódico acerca de los hechos violentos y delictivos de Pablo Escobar y sus secuaces. En los pueblos la situación es más difícil, el poder total de algunos grupos alzados en armas influye fuertemente en la producción, llámense guerrilleros o paramilitares, estos grupos amenazan a los periodistas que escriben en contra de ellos o de sus intereses. Los periodistas regionales cada día ven más coaccionada su libertad de expresión y opinión pues los que lastimosamente mandan en sus pueblos son las armas. Otro de los problemas con los que se enfrenta el periodista en su labor todos los días es la indiferencia de la gente, de pronto porque las personas ya están cansadas de enterarse de malas noticias han entrado en una especie de negación, entonces por más que se esfuerce un periodista denunciando y criticando hay personas que no le van a poner atención. Félix deBedout dijo en una ocasión que “el periodismo no es el cuarto poder”, un ejemplo claro de esto es la guerra de Irak, “¿cuántas hojas no se han escrito, cuántas horas de televisión y radio no se han gastado hablando sobre lo malo que es esa guerra? Y ahí siguen las tropas estadounidenses, el periodismo no tiene tanto poder como los mismos periodistas creen”. Esta censura que reciben los periodistas por parte del público es muy grave, pero no es nada comparada con el veto que los mismos comunicadores reciben por parte de las empresas en que trabajan, porque hay que aclarar que hoy en día se habla de empresas de comunicación. Como el hecho reseñado en la película el Informante protagonizada por Al Pacino y Russell Crowe, en muchas ocasiones son los mismos canales de televisión, las cadenas de radio y los periódicos que censuran a sus periodistas sobre los temas a tratar. En Colombia las dos empresas de comunicación más importantes hacen partes de gremios económicos, lo que impide claramente que el periodista tenga total libertad a la hora de hacer sus noticias y reportajes. Marianne Ponsford en una columna publicada en el diario El Espectador titulada El corazón del periodista afirmó que “otro de los temas que tiene que ver con el lado humano del periodismo, del reportero, es el de la justa remuneración económica, y de que las empresas periodísticas le ofrezcan al reportero la cantidad de dinero necesaria para que pueda llevar a cabo su reportería con mediana dignidad. En un mundo que tiende a los conglomeradosmediáticos, los periodistas cada vez tienen que producir en aras de la palabra mágica “sinergia”, más información para más medios por la misma remuneración. Los salarios no suben, los viáticos se reducen, las jornadas se alargan y los contratos laborales son cada vez más precarios”. La persona que está acostumbrada al trabajo fácil y con buena remuneración no puede ver en el periodismo una buena opción laboral: las jornadas largas, a veces interminables, los continuos desplazamientos a lugares donde las que mandan son las armas, y a cubrir todo tipo de hechos; es una labor agotadora, con una paga muy mala y a veces sin el reconocimiento de las personas. En muchos casos tiene más reconocimiento los presentadores de noticias, que sentados en sus escritorios sin ni siquiera mojarse, ni despeinarse presentan los informes que a un “pobre” periodista le toco cubrir aguantando frío, hambre y madrazos. También el periodista que investiga, analiza y escribe un artículo pero no puede poner su nombre por medio a represalias. Guillermo Cano escribió en su editorial del 22 de marzo de 1955, “no han sido escasos los días en que no hayamos recibido de las autoridades un agravio, sufrido un prejuicio, soportado en cualquier forma una persecución, desde la censura hasta el ultraje, el decomiso por la mano familiar, la amenaza de cárcel por decreto, la multa por resolución, el destierro por obra de misericordia, la expropiación por calanchín y la clausura por discurso”. Ya lo había dicho, y con toda razón, el Nobel de literatura, Gabriel García Marquéz al referirse al periodismo como el mejor oficio del mundo. Para Kapuscinski los periodistas son “personas que tienen la estima de sus contemporáneos, que consideran que nuestro planeta es un lugar apasionante, que vale la pena que sea conocido, comprendido y salvado. La mayor parte del tiempo, esos periodistas trabajan dando muestras de abnegación y de dedicación, con el entusiasmo y espíritu de sacrificio, renunciando a las facilidades, al bienestar hasta llegar a ignorar su seguridad personal. Con el único objetivo de dar testimonio del mundo que nos rodea. Y de la multitud de peligros y esperanzas que entraña".