viernes, 22 de agosto de 2014
martes, 12 de agosto de 2014
El asesinato de Luis Carlos Cervantes. ¿Otro crimen contra el periodismo en la impunidad?
A tan solo un día de conmemorarse
el crimen del periodista y humorista Jaime Garzón Forero, en la tarde de este
martes en el corregimiento de La Caucana, en el municipio de Tarazá (Antioquia)
fue asesinado el director de la emisora Morena F.M., Luis Carlos Cervantes.
Desde el año 2010 el periodista
había recibido una serie de amenazas en contra de su vida e integridad personal
por parte de la banda criminal de Los Urabeños, que incluso le dieron un plazo
de 48 horas para abandonar con su familia la capital de Antioquia.
Las amenazas tenían relación con
las denuncias hechas en su espacio de TeleAntioquia Noticias sobre casos de
corrupción administrativa y la relación de dirigentes políticos y grupos
empresariales con las entonces nacientes bacrim en el Bajo Cauca antioqueño,
principalmente.
Las retaliaciones continuaron en
su nuevo trabajo hecho por el cual la Unidad Nacional de Protección (UNP) le
otorgó medidas de protección y seguridad. A mediados del presente año el
comunicador recibió dos amenazas: una presencial por parte de un hombre que
llegó a su domicilio y otra por medio de un mensaje de texto.
En el caso de la primera, el
hombre, cuya identidad se desconoce por el momento, le solicitó a Cervantes que
transmitiera una información en su emisora a lo cual el periodista se negó
rotundamente. En ese momento le dijo, según algunos testigos, que ya estaban “cansados”
de verlo en Tarazá.
Pese a esto, y al ultimátum que
había recibido para abandonar el municipio el pasado 22 de julio en un plazo de
dos horas, la UNP le retiró el esquema de protección que le había entregado
argumentando que “según la información evidenciada en el estudio de riesgo, no
había nexo causal entre las amenazas recibidas por el señor Cervantes, y su
labor como periodista, razón por la cual el resultado fue ordinario”.
En este punto, según un comunicado oficial publicado por la UNP, en los últimos años Cervantes no venía ejerciendo el periodismo sino que se dedicaba a la programación musical en la emisora. Este tipo de afirmaciones dejan muchas dudas en el aire sobre los estudios de riesgo que ejerce dicha Unidad y el análisis de las amenazas que como el periodista reciben cientos de personas al día en Colombia.
Después del crimen se conoció la declaración de Eder Narváez, corresponsal de TeleAntioquia Noticias y consejero departamental de los medios de comunicación comunitarios y ciudadanos del Bajo Cauca, quien señaló que otros periodistas de la región han recibido en los últimos días han recibido amenazas por parte de diferentes grupos armados ilegales.
El más reciente caso se presentó el pasado lunes cuando un camarógrafo de Bajo Cauca Noticias recibió una amenaza personal por su trabajo en el canal. Ante esto le pidieron a las autoridades departamentales y nacionales tomar cartas en el asunto y estudiar con lupa la situación de los comunicadores, principalmente los que han denunciado actos de corrupción en las administraciones públicas.
¿Un victimario anunciado?
“A mí me quieren matar unos
funcionarios de la Alcaldía”, de esta manera narró su situación el comunicador a
en octubre de 2011 en un perfil titulado por el portal VerdadAbierta.com ‘Así
trabaja Luis Cervantes el periodista más amenazado del país’ quien para ese
momento ya contaba con un esquema de protección conformado por un policía y dos
escoltas.
En la mayoría de los casos los
periodistas amenazados conocen de dónde vienen los mensajes contra su vida.
Cervantes, en tres informes, denunció lo que catalogó como el ‘carrusel de los
alcaldes’ en el municipio de Tarazá: en dos años y ocho meses se habían sentado
en la silla de la Alcaldía cinco personas. El primero fue elegido popularmente
los otros cuatro llegaron al cargo después de que fuera capturado en una investigación
por los delitos de concierto para delinquir y constreñimiento al elector.
En los informes igualmente se
recolectaron varios testimonios de la comunidad quienes manifestaron su gran preocupación
por el constante cambios de mandatarios. Todo eso producía zozobra entre los
habitantes quienes no comprendían por qué no se nombraba un alcalde en
propiedad o se citaban a nuevas elecciones. Pocos días después se inició una
avalancha de mensajes en su contra.
En su relato al portal el
periodista aseguró que al recolectar una información pudo concretar que las amenazas
venían de Elmer Robledo – uno de los alcaldes – quien era conocido en el corregimiento
Barrio Blanco con el alias de ‘El Escamoso’ y hacía parte de ‘Los Urabeños’.
Los datos recaudados establecían que le había pedido a uno de sus empleados que
amenazara al comunicador.
Por muchos meses los mensajes
amenazantes se presentaron casi que a diario: en su oficina, su casa, mensajes
de texto y seguimientos. En tres meses se registraron 16 amenazas contra su
integridad física. Las investigaciones quedaron en anuncios y pese a que la
Policía le dijo que ya tenía identificados a los autores materiales nunca se presentaron
capturas.
Luego se presentaron presiones para que fuera retirado de la emisora y saliera del municipio. Esto cambió el trabajo de Cervantes en la región, dejó de cubrir sus fuentes habituales, cambió su cargo y le fueron adjudicadas otras labores. “Ahora yo hago la cámara y le digo a los escoltas que me tengan el micrófono”.
Luego se presentaron presiones para que fuera retirado de la emisora y saliera del municipio. Esto cambió el trabajo de Cervantes en la región, dejó de cubrir sus fuentes habituales, cambió su cargo y le fueron adjudicadas otras labores. “Ahora yo hago la cámara y le digo a los escoltas que me tengan el micrófono”.
Sin embargo, buscó la manera de
cubrir las elecciones en la región pese al ambiente hostil y al malestar que
les despertaba a varios de los miembros de la administración local. En las
campañas de manera pública uno de los candidatos, cuyo nombre nunca fue
revelado, le envío una advertencia al comunicador. Otra de las candidatas le manifestó
que por su interés en las cosas “malas” lo iban a matar.
El 90% de las amenazas y crímenes contra periodistas en Colombia quedan en la impunidad pese a que las autoridades anuncian investigaciones hasta las últimas consecuencias. Nada pasa, a veces capturan a los autores materiales, nada se sabe de los autores intelectuales aunque en la mayoría de los casos sus nombres y móviles son un secreto a voces.
¿Quedará impune?
El 90% de las amenazas y crímenes contra periodistas en Colombia quedan en la impunidad pese a que las autoridades anuncian investigaciones hasta las últimas consecuencias. Nada pasa, a veces capturan a los autores materiales, nada se sabe de los autores intelectuales aunque en la mayoría de los casos sus nombres y móviles son un secreto a voces.
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