No era un partido fácil. Pese a eliminar en la semifinal al
Real Madrid, partían como los menos favoritos para ganar la UEFA Champions
League en su edición 2012-2013 y llevarse así la tan querida 'orejona' en el estadio (tempo del fútbol) de Wembley, Inglaterra.
Al frente tenían al más reciente
campeón de la Bundeslinga, al finalista de la Copa de Alemania y al ahora
considerado mejor equipo del mundo, sobre todo después de los siete goles que le encajaron en la semifinales de la Champions al poderoso Barcelona.
Es un equipo humilde y joven en
Europa, más si se le compara a la trayectoria del equipo enmarcado en el aura
de Franz Beckenbauer, uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol, y el cual en los últimos años se ha reforzado en todos los ámbitos para ser competitivo en toda Europa.