miércoles, 24 de febrero de 2010

Dos miradas cinematográficas sobre el abuso infantil

En esta semana se estrenaron en el país dos películas que han dado mucho de qué hablar en todo el mundo por el tema que tocan de fondo. La primera, Precious, basada en la novela 'Push' de Sapphire y dirigida por el aclamado Lee Daniels (Monster’s Ball) narra la desgarradora historia de una joven afroamericana de 16 años que además de sufrir maltrato físico y mental en su casa, tiene que llevar su dura existencia por sus notables kilos de más y su color de piel, en un mundo donde estas dos características son motivo de burla y rechazo social.


Sin contar claro, que a su tan corta edad ya tiene un hijo y está esperando el segundo, ambos productos de años de abuso de su padre y la complacencia de su madre. Y es que aunque la historia de esta mujer ha sonado una exageración en algunos lugares de nuestra sociedad quien no sabe, o no quiere saber que estas cosas realmente suceden y son más comunes de lo que se cree.

De una forma extraordinaria Daniels, quien está postulado en la categoría de Mejor Director para los premios Oscar que se entregarán en marzo, realiza una versión fiel al libro Push que sorprendió en 1996 a la sociedad norteamericana y tiempo después a todo el mundo, sobre un tema catalogado como tabú y a una problemática social que se creía inexistente en una sociedad que por años quiso olvidar sus problemas y mirar para otro lado.

La actuación de Gabourey Sidibe, quien también está nominada a los premios de la Academia como mejor actriz, y quien ha recibido innumerables criticas positivas por su papel, revela el sufrimiento, impotencia de una persona que sufre este tipo de maltratos y no recibe la ayuda necesaria para sobrellevarlo, mientras tampoco existe un castigo para las personas que la maltratan y los otros quienes son cómplices de esto por no denunciar ni hacer nada.


La otra película The Lovely Bones, que recurriendo al tema del abuso infantil de una forma más fantástica, y dirigía por el reconocido Peter Jackson (The Lord of the Rings) basada en el best seller de Alice Sebold, aunque fue traducida al español bajo el espantoso y simplista título “Desde mi cielo”, trata de manera más confusa pero que en el fondo es la misma la realidad de un pedófilo asesino, sus características humanas y su pensamiento.

La personificación de Stanley Tucci (The Devil Wears Prada) como el vecino pedófilo quien no presenta ningún tipo de arrepentimiento, culpa o rastro de vergüenza por el asesinato (y en el libro de describe una violación) de una niña de 14 años. Es capaz de darle el más sentido pésame a los padres devastados por la tragedia, de hablar tranquilamente con la policía cuando esta lo está interrogando sobre los hechos, de seguir su vida normal y tranquila.

Este individuo ya había asesinado a cerca de 10 mujeres, la mayoría de ellas niñas menores de edad, entre ellas una niña de seis años. Al ver que su “astucia” le había permitido huir de las autoridades con facilidad continuó con su senda de asesinatos y cada vez aumentaba su sevicia, maldad y forma de atraer a sus víctimas. Aunque el final de este personaje que despierta sentimientos de odio, ira y aborrecimiento no es como la mayoría esperaba que fuera, si demuestra los límites de un abusador de niños.

En el país cursa actualmente en la Corte Constitucional un proyecto para hacer un referendo en el cual se podrá votar para que los asesinos y violadores de niños reciban cadena perpetua y aunque muchos han puesto el grito en el cielo por esta propuesta y de hasta la entonces concejal y actual aspirante al Senado, Gilma Jiménez, y prefieren estar encerrados en una burbuja de no realidad donde todo es lindo y bonito y esto solo pasa lejos muy lejos, la verdad y realidad es que estos casos aumentan día tras día, los asesinos y violadores ven como las leyes son tibias con ellos y continúan realizando estas aberrantes acciones, por lo que este tema requiere de todas las medidas para que estas personas además de recibir un castigo ejemplar, reciban también ayuda psicológica.


jueves, 11 de febrero de 2010

El tercemundismo de Blatter



El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, nunca se ha caracterizado por hacer un apunte inteligente, su campaña –si es que algún día termina- pasará desapercibida por los comentarios que hacen pensar, aquellos que tengan trascendencia dentro del mundo del fútbol, tal vez eso se deba a que lo único que le interesa es el dinero, el marketing y salir en fotos con famosos.

Por eso no es de sorprender sus palabras sobre el escándalo o lío de faldas protagonizado por el jugador de Chelsea y (en ese entonces) capitán de la selección inglesa, John Terry y su compañero de selección Wayne Bridge, cuando los medios británicos y prontamente todos los del mundo publicaron las aventuras del defensor con la esposa del jugador del Manchester City.

"En los países anglosajones tienen un enfoque particular (ante estas situaciones). Si esto hubiera ocurrido, digamos, en países latinos, creo que le habrían aplaudido", señaló el presidente del la Fifa días después de que la noticia estuviera en boca de todo el mundo, y así explicó en su particular forma, mostrando nuevamente su despiste de la realidad, que el "caso Terry" podría no haber supuesto un problema de haberse dado en un entorno latino, como en España, Francia o Italia.

Una muestra más de la brillantez de Blatter, quien en reiteradas ocasiones ha demostrado su más fino humor en contra del fútbol y los futbolistas del continente americano. O si no vale recordar su posición frente al vetar cualquier ciudad que se encuentre a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar para jugar partidos de fútbol oficiales, medida que afectaba a Bolivia, Perú y Ecuador.

El veto continua pese a las protestas que se han hecho, pese a los argumentos de peso que le han mostrado, pese a todas las pruebas que muestran el error, tirado a la estupidez, en el que cayeron, pero Blatter no tenía tiempo para leer, él tenía cosas mejores que hacer, aunque nadie sabe cuáles pero desde que asumió el cargo en 1998 no ha tenido tiempo para el fútbol, solo para los negocios, negocios que han dejado muchas dudas.

No se ha dado cuenta de las obras de Sudáfrica, o no le importa, está más ocupado en cocteles, tampoco comentó nada acerca de las protestas presentadas por la Federación de Irlanda después de su desastrosa eliminación del Mundial gracias a un gol totalmente ilegitimo frente a Francia. Tampoco le ha importado las múltiples quejas por los arbitrajes y las denuncias frente a la compra de partidos por parte de mafias. Él no se ha enterado de esto.

A Terry su “error” le costó la capitanía del la selección inglesa, además de un gran cuestionamiento por parte de los jugadores de la Premier League y del público en general que lo abuchean al máximo cada vez que el número 26 toca el balón. Así también lo han demostrado los hinchas alrededor del mundo, prueba de esto el partido de ida contra Inter de Milán, cuando fue rechiflado hasta el cansancio por los hinchas interistas quienes también portaban pancartas en contra del ya alicaído capitán de los blues. A Blatter ya se le olvidó todo esto.